El día que nació mi segundo hijo, también me había quedado sin trabajo. Desde entonces, comencé una búsqueda constante por encontrar una salida desde casa, una que me permitiera estar con mis hijos y generar ingresos por mí misma.

Intenté de todo: repostería, ropa, carteras, asesorías, productos físicos… incluso caí en estafas. Perdí tiempo, dinero y en muchos momentos, también la fe en mí.

Pero nunca me detuve. Porque aunque no siempre sabía cuál era mi propósito, sí tenía claro que quería avanzar.

Hoy, he encontrado en el marketing digital una oportunidad real para crecer, ayudar y transformar vidas, comenzando por la mía. Desde casa, con mi laptop y mi determinación, vendo productos digitales y acompaño a otras mujeres que también desean comenzar.

Creo que no necesitas tenerlo todo resuelto para dar el primer paso. Solo necesitas el valor de comenzar.

Si estás aquí, no es casualidad.

Te invito a creer en ti, aunque tengas miedo.

A comenzar, aunque no tengas experiencia.

Porque comenzar también es un acto de valentía.